Si lo que busca el aficionado al mundo del toro es dedicar su tiempo de ocio a conocer otras costumbres taurinas y otras gentes, a disfrutar de la familia y los amigos practicando un turismo taurino basado en la historia, la cultura, el arte o las tradiciones más enraizadas, debe entonces acercarse del 23 al 29 de junio hasta la milenaria Ciudad de Coria.
La Ciudad de Coria vuelve a renacer taurinamente, tras su profundo letargo anual, para aprestarse a vestirse de gala abriendo las centenarias puertas de su casco antiguo amurallado, con el fin de recibir a cuantos visitantes deseen disfrutar de nuestras ancestrales y centenarias Fiestas de San Juan, en la que se rememoran nuestros primigenios y antiguos rituales paganos celtas vettones, de culto al fuego, y de veneración al toro como animal sagrado, coincidiendo con la entrada del solsticio de verano.
Una tradición taurina, convertida en referente turístico y cultural, que tiene, en la suelta de los toros por el Casco Histórico, su mejor y más preciadas señas de identidad. Un magnífico Conjunto Monumental, en el que estos combativos y bravos guerreros, a los que se les rinde culto a la entrada del solsticio de verano, se convierten en dueños, amos y señores de las angulosas calles y plazas que describen este legendario recinto taurino protegido por la milenaria muralla romana que cerca su Casco Antiguo.
Otra interesante iniciativa de turismo taurino, como legado patrimonial cultural en la que está considerada como la novena población más antigua de este país, en el que la milenaria, nobiliaria y episcopal Ciudad de Coria se convertirá nuevamente en destino turístico obligado dentro de la fértil y noble Extremadura, al convertirse dichas festivas fechas en un momento propicio para disfrutar, tanto del embrujo del Mundo del Toro y de la Tauromaquia Tradicional, como del turismo cultural de interior a través de la imprescindible visita a su longevo y evocador Casco Histórico, convertido en mágico escenario que alberga muchos atractivos tesoros celosamente custodiados durante siglos, haciendo de esta ciudad en una de las poblaciones más antiguas de toda España.
Un excelso patrimonio histórico-artístico fraguado por los distintos pueblos que se asentaron por estas ricas tierras de vega: vettones, romanos, visigodos, árabes, judíos y cristianos, cuya longeva historia cauriense ha quedado en parte atestiguada por el magnífico Conjunto Monumental que conserva la ciudad. Desde las volumétricas Murallas Romanas(S. I) que lo circundan como una de las fortalezas de origen romano mejor conservadas en su conjunto de entre todas las halladas en el resto de Europa; pasando por los soberbios y señoriales Castillo(S. XV) y Palacio de los Duques de Alba(S. XV-XVI) como símbolos del rancio poder nobiliario; hasta la magna Catedral de Santa María de la Asunción(S. XV-XVIII) joya del gótico-plateresco extremeño en la que se custodia esa misteriosa reliquia universal del Sagrado Mantel de la Última Cena; además del Palacio Episcopal(S. XVII), la Iglesia de Santiago Apóstol(S. XVI-XVIII), el Convento de la Madre de Dios(S. XVI-XVII), el Hospital de San Nicolás de Bari(S. XVI-XIX), el Colegio-Seminario Mayor Conciliar(S. XVII-XIX), las Cárceles Real(S. XVII), convertida en Museo de Historia, Arqueología y Etnografía, y Eclesiástica(S. XVIII), el Santuario de Nuestra Señora Virgen de Argeme(S. XVII-XVIII) a extramuros; o los Puentes de Piedra(S. XVI) y de Hierro(S. XX), entre otros interesantes rincones por descubrir.
Además, entre estos grandes y soberbios monumentos conservados entre un entramado de calles que a buen seguro les enamorarán, a modo de actividades complementarias, los turistas, visitantes y buenos aficionados podrán disfrutar y descubrir, también, un importante legado cultural y espiritual exhibido en las colecciones conservadas en los Museos Catedralicio y de la Cárcel Real de la también ciudad episcopal que fue, en su tiempo, como punto final de una de las peregrinaciones más importantes y conocidas de toda la península Ibérica. Devoción, cultura y turismo en torno a las Santas Reliquias conservadas en la seo cauriense, convertidas en verdaderos tesoros sacros para el gozo y fervor de los fieles. Un rico legado de piezas y alhajas entre las que destaca el excepcional Sagrado Mantel de la Última Cena, como reliquia universal de la cristiandad.
Una variada oferta cultural, gastronómica y deportiva que se prolongará en esta bella, histórica y milenaria localidad cauriense durante todo el período estival de los meses de julio, agosto y septiembre, a través de una más que interesante programación turística de la que podrá disfrutar de forma segura, apacible y sostenible.
Por todo ello, todos aquellos que deseen disfrutar de verdad de las Fiestas de San Juan como una costumbre ancestral de culto al sol y de veneración al toro sintiéndose como en su propia casa, gracias a la hospitalidad del pueblo cauriense, no lo piensen más y, si la idea les seduce, pongan rumbo hacia el Templo de la Tauromaquia Tradicional en la Calle, que no es otra que la Ciudad de Coria dentro de esa piel de toro llamada España; pues, tal y como se dice por estos lares: ¡Quien viene y vive San Juan… vuelve nuevamente para poder reeditar las experiencias vividas!…
Así, a los que arriben hasta las puertas de la vetusta ciudad amurallada la víspera de fiestas: ¡Que la Luna de Coria os colme de alegría, de salud y de riquezas en tan mágicas Noches de San Juan, llenas de mitos, amores, tradición y leyendas!…
Más Información en:
https://turismocoria.es/sanjuan
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