

Miradores desde donde observar
La belleza de los paisajes que circundan la Ciudad de Coria viene determinada por la sabia conjunción del equilibrado ecosistema que configuran estas tierras, hasta el punto de constituirse en todo un verdadero paraíso para los sentidos repleto de encanto y singularidad que circunscribe nuestra realidad más próxima.


De hecho, de muy espectaculares deberíamos describir para el viajero las vistas panorámicas de sobrado encanto pintoresco que se ofrecen desde la propia Ciudad de Coria y sus alrededores, cuyos espacios naturales ofrecidos por la fecunda Vega del Alagón, la frondosa y mediterránea Dehesa de Mínguez, los irrepetibles bosques de ribera y de pequeños oasis de “islas” que jalonan el río, junto a las ricas tierras de labor que ofrecen sus contrastadas tonalidades entre los ocres de las roturaciones y los múltiples verdosos, áureos y purpúreos de la siembra en los distintos períodos estacionales de las cosechas, configuran el marco ideal para dejar seducir sus sentidos haciéndoles disfrutar, con intensidad, cada minuto de estancia dentro de nuestro territorio.
Por ello, altamente recomendables son, para aquellos viajeros que caminan por la senda de la observación, el repertorio de miradores repartidos dentro y fuera de la localidad que les ofrecerán una visión, más amplia, de los atractivos turísticos naturales que nos circundan, caso de los localizados a intramuros de la ciudad como son los Miradores del Cubo, de la Catedral y del Palacio de los Duques de Alba, como terrazas enclavadas al sudoeste del casco antiguo desde las que se vislumbran, principalmente, una privilegiada panorámica paisajística de la verde, fértil y refrescante Vega del río Alagón que contrasta con el cambiante colorido de la vegetación estacional de los añejos montes adehesados de Mínguez.


A su vez, aquellos otros observatorios situados a extramuros, caso de los Miradores del Santuario de Nuestra Señora Virgen de Argeme, del Alto de la Dehesa de Mínguez o del Alto del Sierro, se erigen en balcones naturales abiertos a la contemplación de la flora y fauna extremeña cauriense aportando ambos un variado efecto cromático panorámico en las distintas estaciones del año desde las altiplanicies de sus enclaves elevados en los que se sitúan, desde los que poder visionar, además del milenario e histórico Conjunto Monumental que atesora la Ciudad de Coria, las holgadas dehesas y los extensos campos de labor agropecuarios de su término municipal.
En definitiva, idílicos parajes desde los que dejar seducir nuestros sentidos contemplando románticos atardeceres disfrutando de todo un mundo de sensaciones y de un mágico espectáculo natural puestos al alcance de los turistas para su tiempo libre de ocio o vacacional.

