Ciudad de Coria
La Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Coria es un municipio de la Alta Extremadura que, enclavado en la fértil Comarca del Valle del Alagón, es hoy el principal núcleo histórico-artístico, comercial, administrativo y judicial del Noroeste de la provincia de Cáceres.
Un legado, de cultura y civilización, fraguado por los distintos pueblos que se asentaron por estas ricas tierras de vega: celtas, romanos, visigodos, árabes, judíos y cristianos, que dejaron diseminadas su impronta por cada uno de los evocadores rincones de nuestra coqueta ciudad antigua, bajo cuya apariencia reposan los vetustos vestigios de la primigenia Caura celta vettona hacia el siglo VIII a.C., pasando por la Caurium hispanorromana allá por el siglo I a.C., y la nueva Madinat Qüriya árabe, a partir del siglo VIII,como plaza estratégicamente codiciada por islámicos y cristianos durante la Reconquista hasta su definitiva toma por el rey Alfonso IX de León en 1213.
Una bimilenaria historia heredada, que la convierten en el noveno núcleo poblacional más antiguo y de extraordinario embrujo de toda España, además del Obispado más arcaico de Extremadura, que, con el paso del tiempo, pronto pasaría de ser tierra de realengo a señorío de condado y posterior sede del marquesado de Alba en 1472.
Recuerdos de un ilustre pasado glorioso, que queda en parte atestiguado por el magnífico Conjunto Monumental que atesora su nobiliario y episcopal Casco Histórico. Desde las imponentes Murallas Romanas (s. I) que lo circundan como una de las fortalezas de origen romano mejor conservadas en su conjunto de entre todas las halladas en el resto de Europa; pasando por los soberbios y señoriales Castillo (s. XV) y Palacio de los Duques de Alba (s. XV-XVI) como símbolos del rancio poder nobiliario; hasta la magna Catedral de Santa María de la Asunción (s. XV-XVIII) joya del gótico-plateresco extremeño en la que se custodia esa misteriosa reliquia universal del Sagrado Mantel de la Última Cena; además del Palacio Episcopal (s. XVII), la Iglesia de Santiago Apóstol (s. XVI-XVIII), el Convento de la Madre de Dios (s. XVI-XVII), el Hospital de San Nicolás de Bari (s. XVI-XIX), el Colegio-Seminario Mayor Conciliar (s. XVII-XIX), las Cárceles Real (s. XVII), convertida en Museo de Historia, Arqueología y Etnografía, y Eclesiástica (s. XVIII), el Santuario de Nuestra Señora Virgen de Argeme (s. XVII-XVIII) a extramuros; o los Puentes de Piedra (s. XVI) y de Hierro (s. XX), entre otros interesantes rincones por descubrir.
Además, mientras dure su visita por nuestros entornos, será imposible que el viajero no perciba los evocadores paisajes que jalonan esta tierra, pudiendo disfrutar de placenteros paseos en los distintos parajes, parques y jardines que ofrece la ciudad, caso de la frondosa ribera del río Alagón en el Paseo Fluvial de la Isla o el Parque del Tamujal, hasta enriquecerse educativamente de la rica colección de la flora representativa del bosque mediterráneo y de ribera que alberga el Jardín Botánico.
Un paraíso de emociones, que se vive de igual forma por medio de nuestra variada tradición festiva que reina dentro de la localidad, donde, entre las numerosas posibilidades que ofrece el municipio, a buen seguro que encontrarán alguna que se adapte a sus gustos del repertorio de manifestaciones culturales existentes en los que la diversión y el buen ambiente están garantizados a lo largo de todo el año: FitCoria (marzo), Semana Santa (marzo-abril), Fiestas de San Juan (junio), Festival Internacional de Teatro (julio), Agosto Turístico incluyendo Descenso del Río Alagón, Festival Internacional de Guitarra, Mercado Artesanal de las Velas y Jueves Turístico (agosto), más Coria Sabor Micológico (noviembre), entre otras.
Sin embargo, una de las mejores maneras de cuidar nuestro cuerpo es disfrutando de la rica oferta gastronómica que le ofrece esta ciudad, pudiendo buscar las recetas de los perdidos sabores de antaño en restaurantes, o bien compartiendo la pasión por el buen tapeo en los eventos culinarios de “TauroTapas FitCoria” y “GastroCoria Encueros” en primavera, o de “Coria Sabor Micológico” en otoño, hasta poder descubrir la espléndida repostería artesanal de dulces monacales elaborados cuidadosamente por las monjas franciscanas del Convento de la Madre de Dios.
En definitiva, éstas y otras muchas experiencias por explorar y descubrir son las que aguardarán pacientemente al inquieto viajero, al objeto de que puedan disfrutarlas en plenitud, a través de los sentidos, en compañía de sus parejas, familiares y amigos, con el ánimo de que compartan sus experiencias y emociones vividas de nuestras enraizadas costumbres y tradiciones, y de nuestro rico legado patrimonial cultural y natural milenariamente heredado, en este mágico escenario de historia y vida que es la moderna y actual Ciudad de Coria como principal destino turístico del noroeste de Extremadura.