Procesión Del Stmo. Cristo de los Afligidos (Lunes Santo)

La Cruz del Cuerpo y la Cruz del Alma, una de la Pasión y la otra de la Compasión.

Cuando la luna de Coria suba jadeante, amoratada, en la noche del Lunes Santo, la rigurosidad procesional, cimiento de la Cofradía Penitencial del Santísimo Cristo de los Afligidos, penetrará por la dilatada pupila de los fieles hasta alcanzar el alma.

Antorchas portadas por decenas de hermanos cofrades vestidos con hábito monacal franciscano, guantes y cordón blanco que alumbran, bajo un sepulcral silencio sólo roto por el frío sonido de una esquila y el mortecino retumbar de un tambor, las calles y plazas del Casco Histórico que, entre luces y sombras, parecen susurrar su encanto y aseverar las huellas cicatrizadas que le ha ido tatuando el tiempo tras siglos de historia; a la vez que las voces en canto de todos los hombres suplican misericordia con la interpretación a capela del Miserere final procesional.